Cuento de Navidad Confinado - Especial de Navidad El blog de gol
El reloj de mi ordenador marcó las 13:02. Animoso de mí, no tardé ni cinco minutos en enfundarme unos pantalones claros, me puse una camisa de rayas azules y blancas , camisa que cubrí con un bonito jersey azul con cremallera del cuello al pecho, y me calcé mis náuticos recién lustrados. Salí a la calle a consumar una nueva, o así lo creo porque para mí lo es desde hace unos años, tra dición de la que los jóvenes nos hemos adueñado con puño de hierro llamada “Tardebuena”. Pasé entonces por casa de mis tíos, espacio en el que iba a tener lugar la cena familiar, para ofrecer mi ayuda y ya de paso hacerme la pertinente prueba de antígenos acordada previa a la cena. No salió bien. El coronavirus se había instalado en mi cuerpo por segunda vez. Creo que el okupa de ahora se llama ómicron y he de decir que está siendo más amable esta vez. Habiéndome encerrado en mi cuarto, s e presentó el fantasma de las Navidades pasadas en forma de recuerdos y fui capaz de sentir qu