Mohamed VI, portavoz del gobierno

 


Cuenta la leyenda que 400.000 señoritos andaluces cruzaron Madrid a caballo hasta llegar a Nuevos Ministerios con banderas de España a modo de baluartes de guerra. Como si de la Marcha sobre Roma de Mussolini se tratara, los terratenientes salieron a la calle representando a la extrema derecha en busca de derrocar al gobierno legítimamente elegido por el pueblo. O eso entendí el domingo al abrir Twitter y ver los múltiples mensajes de personas que se referían a algo parecido mostrando la misma fotografía para señalar la “cantidad de personas a caballo” que había en la manifestación. La realidad es que entre 150.000 (según la delegación de Gobierno) y 400.000 personas (según los organizadores del evento) se manifestaron a favor de la caza y en contra del precio de la energía, la inflación, la falta de cereal, de que ganaderos o pescadores se vean obligados a deshacerse de la leche y el pescado porque nadie se lo transporta... En resumen, se manifestaron por sentirse abandonados. 

Entiendo, por otra parte, que flaco favor hicieron los cuatro jinetes a la manifestación. No cuela que, a caballo y con un Barbour de 400€, te manifiestes porque el campo no da dinero o no se llega a fin de mes. Tienen derecho a manifestarse de forma pacífica de la forma en la que crean conveniente al ver reducidos sus beneficios, faltaría más, pero no era el día para darle una excusa a la izquierda y a los sindicatos. Esos que sí dejaron atrás la ideología en un pasado cuando algo no iba bien, esos que lideraron una huelga general contra Felipe González, son los mismos que ahora no mueven un dedo porque la imparcialidad, parece, ya no está de moda. Ahora son los sindicatos que, si se trata de un gobierno progresista, son sordos y ciegos ante las quejas de los trabajadores, en este caso agrarios, que no llevan Barbour ni caballo, los que directamente no llegan a final de mes. Ya lo decía el refranero español: “ojos que no ven, corazón que no siente”. 


No tardaron partidos e ideologías en querer calificar la manifestación, en hablar de ellos y nosotros, sin embargo, no se trataba de eso. Se trataba de que la gasolina no cueste dos euros el litro, de que la luz no alcance picos de 700€ el megavatio hora, de que el mundo rural no trabaje sin obtener beneficios, o el carrito de la compra llegue a precios prohibitivos. Y cuando se habla de perder poder adquisitivo de forma exponencial no vale el “es culpa de Putin” o el “ya a final de mes si eso ya hacemos algo”, porque esta situación mantenida en el tiempo no hay carné de afiliado al Partido Socialista que la resista.  


Algo más radicales son las protestas de los transportistas, a los que le falta tiempo para boicotear aquellos conductores que no se suman a la huelga con ruedas pinchadas o pasos cortados. No entienden que la huelga es un derecho, no una obligación. Quizás el gobierno se ha visto reflejado en sus tiempos en la oposición y por eso han sido con los primeros que se han reunido. Les ofrecieron una ayuda a de 500 millones de euros, no sabían ni para qué ni cómo se iban a utilizar esos fondos, pero el gobierno del pueblo ya tenía su titular. Subvención directa porque bajar los impuestos “ayuda también a los ricos” y antes de ayudar a esos nos fastidiamos todos.

 

Por otra parte, no creo que esté el Gobierno pensando en la manifestación del domingo, que parece estar ocupado dejando al Rey de Marruecos, Mohamed VI, las funciones de portavoz del Gobierno, informando a nuestra nación sobre el giro de pensamiento, otro más, de nuestro presidente sobre la cuestión del Sáhara Occidental. No me queda nada claro que como democracia occidental hayamos tomado la decisión correcta, lo que sí me queda claro es que torcer nuestras relaciones internacionales con Argelia (segundo país proveedor de gas a España y Europa), no es una buna opción en plena búsqueda de la independencia de la energía rusa.  


La reflexión de Francisco S. Cobos

Comentarios

Entradas populares de este blog

10 razones para preservar la Feria del Santo #LaFeriaNoSeToca

Cerrando Etapas