Presupuestos y diretes

 

Hubo un tiempo en el que la política era algo más de lo que es hoy. Hubo un tiempo en el que gobierno y oposición servían al país y no a su partido. Hubo un tiempo en el que las campañas electorales duraban quince días y no cuatro años. En aquel entonces el gobierno no daba un regalo de 400€ a los jóvenes que podían votarle en las próximas elecciones. En esos años hubiera sido un escándalo que la ministra de economía explicara entre risas que no se trata de un regalo para que en las próximas elecciones los todavía imberbes voten a Sánchez el Rey Mago, sino que se trata de una ayuda que “coincide con la edad a la que uno se incorpora sociológicamente al sector joven”. Sin embargo, ya no es un escándalo, sino una más del día a día. Antiguamente los gobiernos también defendían a los que no pensaban como ellos por el bien de España y la tauromaquia se consideraba cultura, ahora queda lejos de ese cheque cultural que es el pan y circo de la España de 2022. 


Hubo un tiempo en el que la oposición no anunciaba que iba a reclamar una ley al Constitucional sin ni siquiera habérsela leído. Hubo un tiempo en el que un Borbón era visto como héroe, una especie de Prometeo que se jugaba el pescuezo por robar el fuego a los dioses y regalárselo a los hombres. Ese Borbón, de nombre Juan Carlos I, fue aquel héroe que descendía de los cielos para otorgarnos la democracia. Ese Borbón, ahora repudiado por la mayoría, monárquicos y republicanos, se encuentra en una tierra lejana pagando sus errores, que no han sido pocos. Me atrevería a decir que ni siquiera el Rey Emérito sabe con franqueza cuantos lingotes de oro hay hacinados en sus cuentas bancarias, que ni él mismo recuerda cuántas fueron sus relaciones extramatrimoniales, lo que no me atrevo a adivinar es lo que pensaba al aceptar esos regalos, si alguna vez se le pasó por la cabeza que esto pudiera pasar, que hasta sus más leales seguidores agachen la cabeza al oír su nombre. 

Me pregunto si algún día volverán esos tiempos, los tiempos en los que los españoles recobremos la ilusión por nuestra política. Esos tiempos que existieron en el pasado, o quizás no. Quizás solo sea una ilusión, quizás esos tiempos nunca existieron, quizás solo son leyendas y mitos escritos en los libros de historia. Quizás ni si quiera estos tiempos se encuentren en los libros de historia y son imaginaciones de un joven que busca evadirse de su tiempo. 


La reflexión de Francisco S Cobos.

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