La barbarie
“En esta calle había muchos cadáveres (...) algunas personas habían muerto por disparos, otras tenían quemaduras o estaban desmembradas (...) Vimos veintidós muertos en esta misma calle. Son los que vimos. Pero eran más”. Así termina Santi Palacios su fotorreportaje sobre la localidad de Bucha, ciudad ucraniana que ha sido abandonada por el ejército ruso en su repliegue táctico del norte ucranio.
Barbarie, cuerpos maniatados con un agujero de bala en la sien, tanques destrozados, personas que deambulan sin ser sorprendidos por los cadáveres que se encuentran en la acera. Esos que no llevaban armas, sí nacionalidad. Hombres con edad de ir a la guerra o, mejor dicho, de que la guerra los encuentre a ellos, pero civiles. Ser capaces levantar un fusil es la provocación que han llevado a cabo para que un militar, puede que chulesco e inhumano, puede que preso de su lealtad a sus superiores, los deje sin vida. “Resulta difícil explicar con palabras lo que hemos visto ahí dentro” escribía Principia Marsupia, decir tanto sin decir nada, 11 palabras de desconcierto. Cuesta creer que hace tan solo hace 40 días, el cadáver que yace en la cuneta, abatido mientras conducía su bicicleta, era una persona con sueños e inquietudes que iba a trabajar para cuidar de su familia y se reunía en la taberna con los colegas los viernes noche.
"Pero eran más". Bucha es solo la punta del iceberg, Irpín, Sumi o Mariúpol corren la misma suerte. Pasará un tiempo hasta darnos cuenta de toda la realidad, hasta saber lo que ha pasado en estas ciudades. A estas alturas, creo que lo único que evita a Putin ser juzgado por un tribunal internacional es que para ello se necesita su derrota. “Todo es un montaje de la OTAN” se vocea desde el Kremlin, pidiendo credibilidad cuando no hace tanto manifestaba que no tenían intención ninguna de invadir Ucrania o que respetarían los alto al fuego dedicados a los corredores humanitarios. La incógnita es cuánto tardará Putin en rescribir la historia para tildar de montaje internacional la invasión rusa, y, lo que es peor, que algunos se lo crean. No son solo las fotos, sino los testimonios y las miradas perdidas, son personas que lo han perdido todo a las que solo les falta que venga un oligofrénico a poner un tuit desde su casa, tomándose un caldito, acusándolas de actuar.
Ahora es el turno de los españoles para escuchar a Zelenski en el congreso. Sabes que careces de importancia en la esfera internacional cuando el presidente ucraniano ha tardado 40 días y 11 intervenciones en parlamentos extranjeros en poner el ojo en nuestro país. Puede que, al escucharlo, se sienta identificado Feijóo, que probablemente se haya sentido en Kiev al traspasar las puertas de Génova 13 después de tomar las riendas de un partido en ruinas. Poco ha tardado, eso sí, en hacer grandes cambios. El gallego cogió el puente aéreo a Andalucía para hacer de norte y sur los pilares de su proyecto. Alianza encarnada en Bendodo y Tellado, acuérdense de ambos nombres, uno malagueño y otro natural de Ferrol, los nuevos encargados de "ordenar" el partido popular. Lo único que sabemos hasta ahora es que Génova jamás tuvo tanta representación autonómica. Solo falta saber si será un proyecto sensato y constructivo, que no estaría nada mal para variar.
La reflexión de Francisco S. Cobos
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